jueves, 13 de diciembre de 2012

Mis queridos maestros


Siempre me he acordado de profesores que me han encantado toda la vida y de los que siempre me voy a acordar. Doña Conchita, podría decir, es mi favorita. Era un amor de mujer y nos trataba con mucho cariño, allá en parvulitos. Todo lo que pueda escribir de ella es poco… aún dentro del cole, ya fuera del cole, siendo un poco más mayor e incluso un poco más tarde, siempre he buscado un poco de tiempo para volver a la misma clase, ver a los enanos y buscarla, y las últimas veces que fui ya no estaba pero su ser aún inundaba el aula de recuerdos minúsculos, de muy tierna edad, pero de ese tipo de impresiones que guardas con mucho cariño dentro de tí; tú, querido lector, sé que me entiendes.

Don Luis siempre me ha parecido un crack, que aguantaba con mucha paciencia y resignación las locuras de un pitufo de 7 años hiperactivo dentro de una clase con muchos más niños. Siempre ha sabido, con mucho humor, hacer a entender a un niño cosas normales de la vida y aguantar estoicamente que un mocoso impertinente le saliera por peteneras, o por bulerías, vete a saber. Y si yo contara...

Luego nunca podré olvidar, por supuesto, a Don Francisco, “el Pistolas”, profe de inglés en 5º de EGB… nunca fue nuestra intención, pero entre dos más y yo conseguimos, tras incisos y dolorosos comentarios, echarle de clase llorando, y no es que me sienta muy orgulloso de eso, pero realmente, fue una ocasión muy bizarra y a la vez, entre divertida y penosa… le recuerdo con cariño, pues hay que reconocerle que hizo lo que pudo el hombre. Relata la leyenda que su hijo, jugando a los dardos en casa, le clavó uno y por eso tuvo que estar una temporada con un parche a lo Nick Furia, pero seguro que sería por otra razón... pero debo admitir que la historia nos parecía más graciosa antaño.

Don Juan (el Juanico) fue uno de los profesores más divertidos que he tenido, y gracias a su sentido del humor tomé un gran interés por la literatura, sobre todo por la del Siglo de Oro. Sus clases eran bastante amenas hasta que alguno le tocaba la moral y se ponía de mala lecha, pero todavía recuerdo cuando leíamos a Larra, a Espronceda (me sigo acordando de la Canción del Pirata u Oda al mar) o a Quevedo y lo mucho que me gustaba.

Don Gabino, “el Bacterio”, siempre fue un hito en mi Educación General Básica. Militar, paracaidista y profe de Educación Física… mucho ojito. Gran barba (de ahí su mote, pero realmente casi parecía un legionario) y talante marcial. Lo nuestro fue cuestión de disciplina, y yo por aquel entonces carecía de ella. Él siempre supo que yo podía, pero yo por entonces no me gustaban de los riesgos de las vallas o la cuerda, mientras que me tiraba el verano haciendo locuras por estructuras de edificios en construcción, descalzo y sin nada mejor que hacer. Es normal, sobre todo siendo joven, y le debo agradecer todo el esfuerzo que me ha hecho sacar de adentro y por qué no decirlo así… a echarle un par de cojones para hacer frente a muchas situaciones que no hacen que uno no siempre toma a gusto… me cabreó en su momento, pero en el fondo me alegro de que sólo me quedara gimnasia para septiembre de 8º de EGB. Me miró, le miré y me preguntó que si iba a aprobar… le dije que claro que sí, y él me dijo que quería verlo. Y lo vio. Y todavía me acuerdo de ese puñetazo que me dio en el hombro mientras me decía que era un cabrón. Al igual que con Doña Conchita (siempre la llamaré así), siempre he ido a verle y a darle un abrazo cuando he tenido la más mínima ocasión. Lamentablemente, hace ya muchos años que no puedo pasar por Maristas La Fuensanta.

De mi época de B.U.P. en Maristas La Merced, pocos recuerdos buenos tengo, excepto el grupo de música que formamos en el local de ensayo que allí había y que constaba de una vieja batería y un amplificador de bajo (y tuve suerte en el sorteo de los instrumentos, al tocarme la batería, pues sólo tuve que conseguir un par de baquetas), entre otras pocas cosas más… como por ejemplo Don Blas, mi profesor de literatura, con el que tenía una gran relación: me echaba de clase, yo me iba encantado y luego nos tomábamos unas cañas por ahí. Aún tengo una dedicatoria en una foto de clase: “de mayor quiero ser como tú”.

También me acuerdo mucho de Doña Juana, que intentaba enseñarnos latín y religión, y a la que tenía mucho cariño y de vez en cuando, en el recreo, me invitaba a una bolsa de obleas (que me encantaban). Por el otro lado, nunca había estado en clase con chicas antes (como ninguno de mis compañeros), y fue una experiencia bastante curiosa, a esa edad en que las hormonas empiezan a hacer “chup-chup”, como los guisos. Y por supuesto, lo que más agradezco de ese colegio fue el haber conocido a la gente con la que viviría una de las más maravillosas aventuras de mi vida, que fue el grupo que formamos Dani, Willy, Josué, David Pinteño, Antonio, Armando y yo: Juanma y su Nardo (que era una fusión de los grupos Ned Lud y los Ñampazampa), y hacíamos versiones de Sepultura, Sex Pistols, Gorefest, etc. El concierto que dimos en la antigua sala Classic fue poco más que mítico, y aún estoy esperando a ver si Josué desempolva el viejo VHS y lo pasa a DVD o lo cuelga en Youtube.

Pero por lo poco que estuve en Maristas La Merced, podría decir que mi B.U.P. lo estudié en el San José de Espinardo, otrora conocido como hogar de internos descarriados en busca de redención académica. Puedo afirmar bien orgulloso que me divertí de lo lindo y aprendí muchísimo, tanto de los profesores, de las asignaturas y de la vida. Me acuerdo de todos y cada uno de mis profesores, pero especialmente de Don Fidel por ejemplo, que cuando gritaba “NENICO!” a alguien, morían 100 hadas. O Don Salvador, que fue un excelente profesor de física y química y que, antes de cada clase, contaba chistes para que nos relajáramos y posteriormente prestáramos más atención a la clase.

Del San José siempre agradeceré haber conocido al grandísimo Chosy (Eduardo Cos), compañero inseparable forever and ever, así como al resto de la C Crew (Mario Carreres y Félix Caballero)… pasábamos grandísimos ratos jugando al baloncesto, y recuerdo muy gratamente el campeonato en el que nos quedamos segundos (éramos dos equipos) contra el equipo de “los gemelos”, que por aquél entonces militaban en las filas del CB Murcia Juveniles, y mi vecino-hermano Lorenzo (mas el resto del equipo, claro). Y por supuesto, a Borja, con quien formé (junto a muchos buenos más) la CFH, haciendo el Hip Hop más underground grabando beses rítmicas de pletina a pletina con el "rec-stop". Aun a día de hoy, sigo gozando de una más que excelente amistad con Chosy y Mario, y su grupo de amigos de entonces ha terminado siendo el mío casi 18 años después (Rubén, Lalo, Fernando, Piwi, Joaquín, Fernando, Estéban, Chei y las posteriores incorporaciones de Dudi, Jaime, Rubén Torrices, entre otros)… “la familia”.

Por supuesto, Doña Eugenia (“la hachazos”), Don José Antonio (de inglés), Doña Mª Dolores (la de mates, que siempre pronunciaba “vinticinco”, mirando fijamente al techo), la loca de Religión, el Sr Tiburcio (excelente dibujante y bohemio, así como marido/exmarido de la loca)… y un largo etcétera, como Don Mario, un seminarista muy inocente que vino a hacer una sustitución y que, con mi “colaboración”, acabó “mediopallá” y lo dejó todo para irse a vivir a una comuna hippie. La leyenda relata que la última noche antes de irse, los internos se lo llevaron al “terrao”, lo emborracharon y le hicieron fumar porros, y os aseguro que me hubiera gustado ver ese momento.

El año en USA tuve también muchos y buenos profesores, pero por miedo a cometer alguna falta de ortografía no me atrevo a mencionarlos, pero me enseñaron mucho, con paciencia y tesón. Sobre todo, me queda un grato recuerdo de la Fenster School a las afueras de Tucson (Arizona) y de prácticamente todo el personal, como el Director Dan Saffer o los señores Baker (ella, a cargo de la Biblioteca).

Luego, en la Universidad también tuve suerte de tener grandísimos profesionales dando clase, y algun@s de ellos grandes profesores, como Juana, Mª Dolores, Pedro, Lola, Ofelia… pero sobre todo hay un hombre que realmente me marcó: Miguel Ángel Sanz, profesor de Identidad Corporativa. Me acuerdo como si fuera hoy: parecía mayor, peinado como Andy Warhol y con gafas tintadas. Muy serio, el primer día de clase, dijo: “mi nombre es Miguel Ángel, pero podéis llamarme Lulú”… sencillamente brillante. Le he profesado siempre un gran respeto y cada vez que he pasado por la facultad tras graduarme y le he visto, hemos charlado muy animadamente y le he reiterado mi agradecimiento por haberme hecho interesarme tanto en este campo en el que, desde hace unos 12 años, trabajo y que me apasiona desde entonces.

Con todo este rollo retrospectivo quería recordar mi época de estudiante y, ahora que soy profesor, entiendo muchas cosas y reconozco abiertamente en este post el esfuerzo que todos (en mayor o menor medida) emplearon para no sólo mi educación, sino en la de todos mis compañeros de clase. Ser profesor no sólo requiere vocación, sino paciencia y dedicación… y de ello puedo dar testimonio ahora que estoy en Hyderabad, India, enseñando Diseño Multimedia y Comunicación Visual.

En gran parte el conocimiento que estoy impartiendo viene de lo ya aprendido o de mi experiencia laboral y sus vicisitudes, pero por el otro lado la preparación de las clases es fundamental, y más cuando las clases son en inglés. Me resulta muy gratificante volver a refrescar conceptos que tenía borrosos, que les faltaba precisión o que simplemente necesitaba afinar… y a ello añadiendo mi propia cosecha, como en la clase de Diseño y Cultura el énfasis que hago en la cultura Hip Hop, esencial en mi vida. Intento también que mis alumnos se ilusionen y que saquen lo mejor de ellos, que me sorprendan e incluso me escandalicen: intento darles la mayor libertad creativa y la total seguridad de preguntarme absolutamente cualquier duda, tanto personal como profesional. Hago todo lo posible para que sepan cómo es el mundo ahí fuera, el mundo del trabajo, la realidad… y no la comodidad y la seguridad de sus casas y sus familias, y lo importante y gratificante que es labrarse uno su propio futuro, con la satisfacción que ello otorga. Procuro darles consejos prácticos para tratar correctamente a los clientes y bregar con los proveedores, haciendo el mejor trabajo posible; a ser autocrítico y exigirse más, aun cuando uno considera que el trabajo está terminado. Quiero que se sientan orgullosos y que, con mis consejos, clases y conocimientos, sean mejores personas y vean la vida con otros ojos: los ojos del que sabe que puede crear libremente y tiene todo el poder para hacerlo, desde la juventud y la frescura incorrupta pero claro… aquí es difícil.

India es, para muchas cosas, muy conservadora a la hora de pensar y creer que el trabajo intelectual es tan válido y respetado como el de un médico o un técnico informático, y sobre todo en una ciudad como Hyderabad, donde un 40-45% de población musulmana otorga un talante más conservador a la misma y a sus habitantes… con excepciones, por supuesto. Afortunadamente, y gracias al diseño, esta ciudad crece y se nota viva cada día. La gente cambia con la ciudad y se respira un aire de que las cosas parece que ya se empiezan a hacer mejor y que poco a poco todo terminará funcionando.

Desde India sigo acordándome de todos los años de estudiante y el buen sabor de boca que tengo de todos ellos… y gracias a ellos he decidido cambar de profesión y sentir lo que ellos sintieron cuando tuve la suerte de tenerlos como mis profesores: el tesón, la paciencia, el interés, la dedicación y la pasión por la enseñanza. A todos ellos les dedico estas líneas, a mis queridos maestros... gracias!

miércoles, 12 de diciembre de 2012

Bajaj Chetak

Es la moto india por excelencia... es la correspondiente asiática de la Vespa. Bajaj es el nombre de la compañía y Chetak es el nombre del caballo del famoso guerrero indio Maharana Pratap, que luchó contra el imperio Mogol en el siglo XVI, donde hoy podemos localizar el estado de Rajasthan. Se fabricó con gran aceptación desde el año 1972 al 2009, en su versión de 2 y 4 tiempos, con 150 cc y un depósito de 6 l. de gasolina. Es una moto con 4 marchas y embrague en la parte izquierda del manillar. Y por cierto, es mi moto.



La tengo desde Mayo de este año, gracias a los Carmelos (Carmelo, Javi y Carlos), que me hicieron el traspaso de poderes cuando volvieron a Madrid. La moto (del 2001), sinceramente, estaba hecha una pena, ya que no tenía luces o pito, se calaba constantemente, las ruedas estaban desgastadas y, en definitiva, necesitaba una puesta a punto. Tras consultar con compañeros de trabajo, uno de ellos me recomendó un buen mecánico no muy lejos de casa y afortunadamente vinieron a mi lugar de trabajo a por la moto para, como les comenté, que la dejaran como nueva. Al día siguiente el mecánico me trajo una moto completamente distinta, pues no sólo le habían cambiado la caja de cambios, los filtros, frenos, embrague, etc., sino que también le pusieron luces, intermitentes y bocina, además de retapizar los asientos y poner piezas nuevas como los embellecedores laterales, frontales, alfombrillas y un largo etcétera. Y lo mejor es que todos estos cambios me costaron solamente 1000 rupias (menos de 20 euros). A la semana decidí seguir invirtiendo en seguridad y cambié las ruedas, cada una por otras 1000 rupias... y tengo que decir que ha sido el dinero que mejor he gastado desde que he llegado a India, y sobre todo se lo debo a los Carmelos, porque a pesar de todo (y explicaré esto en posteriores párrafos), esta moto ha hecho que nuestro nivel de vida haya mejorado con creces.

Los aspectos positivos de tener una moto en esta ciudad son evidentes, pues por un lado uno evita tener que discutir con auto-wallahs por pocas rupias con el consiguiente estrés que ello provoca en ocasiones y por el otro, entre varios otros beneficios, la movilidad. Hyderabad es una ciudad bastante grande aunque normalmente nos movemos por las zonas de Banjara, Jubilee o Madhapur, y la Chetak contribuye a que estas distancias se hagan mucho más cortas y manejables. Por supuesto, el dinero que ahorro es considerable: frente a las 900 rupias que me gastaba en autos de lunes a viernes (mas los autos del fin de semana), ahora como mucho invierto unas 400 en el depósito de mi moto con gasolina y su correspondiente aceite, que me dura unos 8 días... podría decir que aproximadamente, y como mínimo, el ahorro por mes es de unas 2000 rupias tirando por lo bajo, y algo es algo.

Con lo que a lo negativo se refiere no me refiero en absoluto al hecho de tener una moto, sino a todo lo que lo rodea, como es el tráfico, las leyes de circulación (que brillan por su ausencia) y por supuesto, los conductores.  

El tráfico es demencial, y en muy pocas ocasiones se puede rodar fluidamente por esta ciudad... y por ciertas zonas, prácticamente nunca excepto por la noche. Como ya comenté en algún post al inicio de mi aventura en este país, cuando hay 4 carriles hay por lo menos 5 o 6 coches ocupándolos... y por supuesto tantas motos y autos como huecos pueda haber, más grandes o pequeños, da igual. El secreto de fluir (que no conducir) aquí es la previsión y la conducción defensiva, aprovechando los pocos momentos en que la carretera te deja dar un poco más de gas para desahogar la moto y reduciendo cuando los vehículos se comienzan a agolpar a pocos metros, sacando en ese instante tu mejor táctica de "las distancias cortas". En esos momentos, hay que pensar muy rápido y aprovechar cualquier mínima fisura entre los coches, motos, autos y demás y ser rápido, a la par que cauteloso, porque aquí el índice de impredictibilidad es altísimo, y mucho... en cualquier momento se te cruza cualquier desgraciado y sin avisar.

Otro gran desconocido para los conductores indios en general y para los habitantes de Andhra Pradesh más concretamente... y acotando incluso más, para los Hyderabadis, es el código de circulación, porque aquí cada uno hace lo que le da la real gana. Desde gente que va en sentido contrario con un par (incluso por el centro del carril), hasta dar marcha atrás en medio de una rotonda o autovía, hay un sinfín de burradas que se ven a diario realizar, y sin impunidad alguna. Sigo pensando que no hay más accidentes porque Vishnu no quiere (aquí se le venera mucho, con eso de su avatar "viviente" Sri Venkateshwara y su templo en Tirupati). Aquí la circulación se rige por la ley de la jungla, la ley del más fuerte, la ley del más grande.

Los autobuses y camiones gozan cantidad cuando se ponen a la derecha del todo para, a los pocos metros, deciden irse a la izquierda del todo sin intermitentes ni nada, sino con todo el potencial sonoro de la insoportable bocina (cual barco ballenero finlandés), y no te digo nada cuando un autobús o un camión tienen algo de vía libre... si giras la cabeza al conducir puedes ver cómo, a gran velocidad, se aproxima un vehículo de dimensiones megalodónicas pitando a todo lo que da, y o te quitas o te quita. Supongo que su excusa si te arrolla es: "yo he pitado a todo lo que daba".

Los coches son casi tan importantes como los autobuses o los camiones porque, aunque no son tan grandes, tienen algo más de maniobrabilidad y por tanto, "potestad circulatoria". Piensan que son motos y van, por regla general, a todo trapo, zigzagueando de carril a carril  y sin respetar a nada ni a nadie. Por supuesto, lo de los intermitentes no va con ellos, y mucho menos lo de los cinturones de seguridad... y a veces dan verdaderos escalofríos ver cómo conducen a toda velocidad, con los críos en el asiento delantero, sin el cinturón y con completa libertad. Tampoco saben cambiar de sentido usando sólo un carril, ya que abarcan todos los carriles para algo tan sencillo como girar el volante un poco más e intentar entorpecer el tráfico lo mínimo pero... para qué? Es tremendo.

Los autos y los transportes colectivos, pues un poco más de lo mismo. Por mucho que puedan poner "4 in all" o "7 in all", suelen llevar en la mayoría de las ocasiones, como poco, el doble de la capacidad que indican... pero eso no me importa en absoluto, ya que no es cosa mía. Lo que realmente me incumbe y molesta es que su comportamiento es similar al de los grandes vehículos, y tanto se cambian de carril sin orden ni concierto (ni intermitentes, of course) como de repente frenan donde les da la gana, sin preaviso y con premeditación cuando ver a un potencialmente cliente a añadir a la muchedumbre que ya se encuentra en el interior o acoplado al exterior del vehículo medio colgando, con el consiguiente riesgo que conlleva. Itero... lo que más me molesta son esos frenazos súbitos e imprevisibles.

Respecto a las motos... es otro mundo. Desde la total ausencia del casco en la más absoluta mayoría de conductores, hasta la firme inconsciencia de la manera de conducir de algunos, no dejo de sorprenderme cada día. Hay ineptos que parece que van compitiendo en Moto GP, a toda velocidad, sin casco, zigzagueando entre todo vehículo y tocando el pito de manera ininterrumpida que llega a ser honestamente molesta hasta decir basta... y que de vez en cuando te encuentras que han tenido un severo accidente a escasos metros de tí por culpa de su insensatez y porque el coche de turno (como es normal por estas tierras) no ha querido mirar antes de reincorporarse a la vía. En ese preciso momento, de repente, la mayoría de motos presentes reduce su velocidad... qué curioso, no? Otro dato curioso es que no es nada raro observar hasta 6 personas en la misma moto (padre, madre, hijo, hija, hijo pequeño y bebé con la cabeza colgando por el lado... y hasta incluso mascota incluída), y por supuesto, sin casco ni nada parecido pero eso sí, a una velocidad razonable debido a la carga del vehículo.

Yo, por mi parte, intento conducir de la manera más racional que conozco, que como ya he comentado más arriba, es aplicando toda mi lógica y argucia posible, de manera que practico una conducción racional a la par que defensiva. Y me refiero que, si la carretera está despejada, le doy un poco de gas para que la moto no se me "apalanque", ya que a pesar de todo, es una moto que tiene ya más de 88.000 km. Eso sí, cuando veo de antemano que voy a pasar por una zona conflictiva donde me voy a encontrar un gran atasco, entonces reduzco o/y freno y me replanteo las posibilidades para escurrirme, sin arriesgarme, entre los vehículos de la forma más ligera y segura... y puedo decir que afortunadamente en 6 meses que conduzco mi Chetak, no he tenido que lamentar nunca ningún infortunio, excepto algún que otro sustillo provocado por algún inconsciente (y lo digo en masculino porque por aquí no es muy habitual ver al género femenino a cargo de un vehículo).

Todavía hay mucha gente que sigue opinando que como India es el país de Gandhi, el hinduísmo y el yoga, pues que la gente es igual... y no es así en absoluto. Insisto: no es que la gente sea tranquila, es que le da igual todo y cada uno piensa sólo en lo suyo, y más cuando conducen, que es cuando con más motivo se aplican la máxima que tantas veces he oído de mi padre, y que es "aleluya, aleluya, cada uno con la suya". Hace poco he "tuneado" la Chetak con una pegatina de Ganesh (el dios con cabeza de elefante que es el que "salva las dificultades" y que mucha gente, como dice el libro "Ganesha on the dashboard", coloca en los salpicaderos buscando protección para luego conducir como locos, sin cinturón y etc.) para que me ayude a soportar a estos mendrugos y sus vehículos, tener paciencia y seguir conduciendo como hasta ahora. Y que, por supuesto, a mí también me proteja Vishnu... y Shiva, por si acaso.

BSO - Ford Mustang (Mike Patton)... por ser mi coche favorito de todos los tiempos.

martes, 13 de noviembre de 2012

La tierra que Dios hizo para sí


Es lo que reza el motto de Kerala: "God's own country". Y al parecer, sabía bien lo que se hacía.

Para comenzar, debo decir que me han sorprendido mucho varias cosas, como por ejemplo, que Kerala es el lugar, sin duda alguna, donde más iglesias he visto en mi vida, por doquier. Y no sólo iglesias, sino "mini-torres" acristaladas donde se podían ver imágenes de la Virgen María, de Jesucristo o de San Jorge, por ejemplo. Por otro lado, cerca de Kochi (la "capital") y de camino a Munnar, comí un thali (que no estaba especialmente bueno) con el arroz de grano más grande que he visto en mi vida... casi que había que cortar cada grano con cuchillo y tenedor. Y sobre todo, lo espectacular de la vegetación y la amabilidad de la gente.

Comenzamos nuestra ruta desde el aeropuerto de Kochi, donde teníamos reservado un taxi por 8250 INR (poco más de 100 €) desde el miércoles hasta el domingo. Nuestro chófer (Kartik) era muy agradable y, al ser local, conocía todas las carreteras y lugares de interés al dedillo, lo que hizo que nuestro viaje no tuviera imprevistos.

Así, nuestra "ruta" fue:

DÍA 1: KOCHI - MUNNAR
Salir de Kochi, desde el aeropuerto, la verdad es que no aporta mucho, ya que de la ciudad se ve poco, pero no importa porque tampoco estaba en nuestra lista de lugares de visita obligatoria. La carretera de camino poco a poco se iba tornando en la carretera típica de una pedanía cualquiera de Murcia, con iglesias a ambos lados, colegios, tiendas de muebles, posters del Ché y banderas del Partido Comunista... curiosa mezcla.

Para comer, parada en la dhaba (restaurante de carretera) de los granos de arroz gigantes e insípido thali. Tras dejar atrás el parón del almuerzo, nos introducíamos en una vía lo suficientemente ancha para un coche en cada sentido, pero rodeada de una naturaleza selvática, ligeramente parecida a la que te encuentras al entrar al estado de Goa, y remotamente similar a la de la selva amazónica, con palmeras, lianas y árboles majestuosos por doquier.

A mitad de camino, parada en las cataratas Valara (con sus indios bañándose en calzoncillos y camiseta de tirantes y sus indias mojándose los sarees) y en un Spice Garden, donde un señor muy majo nos estuvo enseñando árbol tras árbol y matorral tras matorral, dándonos una muestra de cada uno de los ejemplares, desde cardamono o pimienta hasta "All spices" o clavo. Luego, como guiris y como tocaba, a comprar algo de cacao, café, pimienta en grano y nuez moscada para llevar a nuestra cocina de Hyderabad, a precio de guiri... pero bueno, por una vez no pasa nada.

Continuamos camino e iba paulatinamente anocheciendo. Aún a veces no me termino de acostumbrar en eso de invertir 4 horas para hacer apenas 150 kms, pero la verdad es que las curvas de la carretera y el constante tráfico empeñado en no ir por su carril dificultaba el alcanzar una velocidad de crucero superior, así que con las noche ya cerrada (sobre las 7 de la tarde), acabamos llegando a Munnar.

Al no haber reservado alojamiento antes y como si del puente del Pilar se tratara, se nos hizo complicado encontrar habitación, aun contando con la ayuda de algunos locales que de repente formaron parte de nuestro viaje e intentaron conseguirnos algo medio decente y a un precio razonable de entre sus contactos, sin mucho éxito. Al parecer, al ser Dussehra, toda (o casi toda) la India había decidido no sólo venir a Kerala sino hacer la misma ruta que nosotros, con lo que la ocupación hotelera estaba a tope. Finalmente, en uno de los viajes de hotel a hotel, atisbamos uno y tuvimos suerte de encontrar una habitación limpia, sin lujos, a buen precio y con balconcito "apañao". Tras dejar los bártulos y descansar brevemente, decidimos salir a cenar, pero con nuestra sorpresa notamos que toda la gente que una hora atrás daba vida al pueblecito de montaña de Munnar había desaparecido, casi todas las tiendas habían cerrado y prácticamente no había mucho donde elegir, excepto el Hotel Silvertips, frente a nuestro hotal, donde pudimos por lo menos dar cuenta de un buffet donde sólo quedaba una familia y nosotros.

Al no haber más que ver o hacer y el día había sido ya largo y pesado, descansar era, sin duda, la mejor opción.

DÍA 2: MUNNAR
Por la mañana, la vista que imaginábamos tener frente a nuestro balcón era incluso mejor de lo que esperábamos, con un campo de fútbol en primer plano y la montaña con su peculiar dibujo descrito por las plantaciones té al fondo... por un momento parecíamos estar en Asturias o Cantabria.

Este día tocaba visitas, así que comenzamos con un Jardín Botánico (donde había plantas con nombers poco más que curiosos), y tras varias fotos con espontáneos, hicimos camino en el coche hasta la presa Mattupetty y su lago, y allí hicimos un breve stop en el "Echo Point", el cual no está señalizado de ninguna manera. La única pista era oír cómo la gente gritaba improperios en diferentes idiomas y que sólo unos pocos elegidos eran los que conseguían respuesta sonora. Tras los dos primeros intentos a la tercera fue la vencida, y satisfecho por lo bien que lo había hecho, otra vez al coche y a nuestro próximo destino: Eravikulam National Park.

El coche se quedó abajo, en el parking, y Karthik también. Nosotros nos montamos en un autobús que nos subió montaña arriba, hasta que no se pudo más, así que empezamos nuestro trekking. Hordas de niños corrían desbocados frente a carteles que rogaban mantener silencio y respeto por la naturaleza mientras nosotros íbamos subiendo poco a poco el camino peatonal hasta el punto final del recorrido. Sólo vimos unos cuantos Nilgiri Tahr (que son como primos de los Arruís) y un par de lagartos poco más grandes que la palma de la mano, así que una vez llegados al punto de origen y tras una breve charla con una familia Punjabi (muy agradable, por cierto), a esperar el bus para bajar otra vez.

Intentando no demorar mucho la elección del lugar para pasar la noche, en un puesto de Internet reservamos el alojamiento para la misma noche y para la siguiente, así que decidimos que ya estaba bien de hacer turismo y preferimos ir a nuestro nuevo alojamiento, el Spice Garden Resort. El sitio estaba fuera de Munnar pero junto a unas cuantas tiendas, un Internet Cafe, y rodeado de montañas de té. La habitación estaba bastante bien, excepto por el hecho de que, al estar en medio del monte, en cuanto se encendía una pequeña luz, la habitación se llenaba de diversas especies de bichitos con alas... pero aparte de eso, el balcón brindaba unas vistas que realmente merecían la pena. 

Para seguir en el proceso de intentar dejar el resto del viaje reservado para evitar sustos en Allepey, llamamos a los números proporcionados por la Oficina de Turismo de Kerala para reservar un houseboat... y cuando digo que llamamos a los números de teléfono me refiero que llamamos a todos, sin ningún éxito. Decidimos pues ir a Internet y proceder de la misma manera, mirando las distintas opciones a través de Yatra, Makemytrip y Agoda, hasta que finalmente, tras casi una hora y varias llamadas, Makemytrip nos confirmó que teníamos reservado un Houseboat con un dormitorio para todo el sábado, y que sólo faltaba confirmar el pago, que sería realizado al día siguiente, ya que el propietario del Internet Cafe nos pedía la hora y quería cenar y acostarse.

Tras otra cena con buffet en otro Hotel que tenía mucha mejor pinta de lejos que de cerca (y no lo digo en sentido negativo en absoluto, sino que realmente el hotel de lejos parecía poco más que un palacio y luego no era para tanto), a descansar y a reponer energías para el día siguiente.

DÍA 3: MUNNAR - THEKKADY
La carretera a Thekkady era, si cabe, más espectacular todavía, y la selva se hacía más fuerte y frondosa. Pueblecito tras pueblecito y mansión tras mansión, 3 horas y media más tarde (95 km) llegamos a Thekkady, bastante diferente a Munnar. Todas las grandes montañas habían rebajado su altura y ahora estábamos rodeados de bosques, junto a una reserva de tigres: el parque nacional de Periyar.

Una vez dejamos el equipaje e hicimos el check-in en el hotel Thekkady Castle (muy limpio y correcto), decidimos hacer lo que sobre todo Ana quería hacer desde que llegó a India: montar en elefante. Con un pelazo que no veas y dos colmillos grandes, gruesos y preciosos, nuestro elefante particular nos invitó a subirnos y a dejarnos llevar por el contorneo de su caminar mientras Ana le acariciaba y yo intentaba sacar fotos (con resultados no excesivamente satisfactorios). De vez en cuando, el cuidador le daba órdenes en Malayalam (la lengua oficial de Kerala), y el paquidermo paraba y hacía el adorno para salir bien gracioso en la foto, levantando la trompa. Al terminar el paseo y después de darle unas cuantas caricias decidimos que ya era hora de comer.

El Hotal Sandra Palace tenía muy buena pinta y había festival de biryani, así que ahí que entramos. Y debo decir que allí me comí el mejor biryani de mi vida: yo me lo pedí con pescado, gambas, anacardos, pasas y cebolla frita y Ana se pidió un Malabar biryani con pollo, y ambos estaban deliciosos, así como el Chicken 65, y a muy buen precio (500 INR entre ambos).

Después, la obligada visita a Periyar National Tiger Reserve. Lamentablemente, y por estar la zona llena de turismo, no pudimos coger el barquito para dar una vuelta por el precioso lago, pero por lo menos pudimos dar un paseo por el interior del parque nacional. Muchos árboles y la mayoría muy grandes y bastantes monos... poco más. Y de vuelta al coche, de repente, un jabalí que se cruzó para ir al otro lado de la carretera. Tigres, por supuesto, ni uno.

Tras un breve descanso en la habitación, la actividad que yo esperaba con mucha alegría: Kathakali. El Kathakali es un teatro que según dicen data del S. XVII y cuya tradición se basa en transmitir historias épicas del Ramayana y otros libros sagrados mediante la mímica mientras la música acompaña la historia. Los actores van vestidos con ropajes extrafalarios para representar a sus personajes, que suelen ser héroes, demonios o princesas, y son auténticos maestros de la gesticulación facial, haciendo también mudras (combinaciones de posturas con las manos que tienen carácter sagrado). La obra comenzó con una breve explicación de los gestos más habituales y un corto resumen de la historia en la que se basaba la representación. Tan gratificante como extraño, a mí me encantó, y no rechacé la posibilidad de hacerme una foto con los dos actores al final de la obra.

Al salir del "teatro" decidimos pasear un poco por el pueblo y finalmente dimos con EL BAR. Y lo escribo así porque sólo hay uno,y con un luminoso bien grande en la azotea del Hotel donde se hallaba. El interior tenía una luz azulada y un camarero nos condujo a un "reservado", que no era más que un pequeño cubículo con puertas que tapaban de las rodillas hasta la cabeza, dando una cierta intimidad y claustrofobia a mi parecer, bastante confortables. La comida estaba bastante bien y por lo menos pudimos tomarnos una cerveza mientras ilusionados esperábamos la llegada del día siguiente y su jornada en el houseboat, que ya habíamos pagado. Y como en este pueblecito tampoco había mucho más que hacer, pues al hotel a descansar.

DÍA 4: THEKKADY - ALLEPEY
Otro camino más por carretera (con sus 145 km en 4 horas) se podía soportar, sobre todo tras la llamada de Makemytrip confirmándonos que todo estaba ok y que el houseboat nos estaba esperando. Al llegar a Allepey decidimos llamar al proveedor del houseboat la dirección exacta del embarcadero, pero éste, en vez de cogernos el teléfono, nos mandó un SMS que decía que todos los barcos estaban llenos para ese día. Como es normal, llamamos a Makemytrip para exponerles el problema e intentar encontrar una solución lo antes posible. Una vez que les expusimos el problema, la llamada misteriosamente se cortó y no hubo manera de contactar con ellos en ninguno de los 6 números que teníamos. Miserables...

Así que la historia, como no era de esperar pero no de extrañar en este país, había dado un giro. En vez de pasar el día entero navegando en un barco grande con cubierta superior y una habitación para nosotros y la comida hecha por la tripulación, decidimos adoptar un plan B: alquilar una barquita más pequeña para un paseo de 4 horas y un hotel en la costa para la noche.

Sinceramente y como dice Ana, los backwaters de Allepey parecían la Gran Vía en hora punta, y se podían ver hasta 7 houseboats navegando detrás de nosotros, y de verdad no puedo recordar cuántos barcos distintos vimos a lo largo de nuestra travesía en la Chikkada (barco pequeño con motor). El paisaje era absolutamente maravilloso, y afortunadamente, al ir en un barco considerablemente más pequeño que el resto, pudimos meternos por estrechos canales y disfrutar de su belleza, tanto del paisaje como de las casas y la gente que allí habita. Niños pescando, señoras lavando la ropa o señores bañándose en el río hacían de dignos figurantes de este placentero viaje. Paramos en un "restaurante" de una ribera para comprar hielo, y me encantó ver un precioso Milano Indio salvaje (hasta cierto punto, claro) sin pihuelas ni otra identificación, que sin mucha duda, en cuanto le llamé y le cogí las patas, se posó en mi puño dócilmente y se dejó acariciar. Gracias a Ana tengo ese bonito momento inmortalizado.

Terminado el paseo y la noche echándose encima, emprendimos marcha al Marari Fishermen Village Beach Resort, nuestro hotel, a unos 12 km de Allepey. Las habitaciones eran bungalows modernos y limpios cerca de la playa, con el baño y ducha descubiertos como en Agonda Beach, Goa. La cena estaba bien, pero realmente hay que decir que el servicio era bastante lento, y tardaron demasiado en servirnos el plato de pescado, aunque la verdad es que estaba tan bueno que casi mereció la pena esperar. Con el ruido del mar de fondo y la barriga llena, sólo quedaba descansar nuestra última noche en Kerala antes de volver a nuestro Hyderabad.

DÍA 5: ALLEPEY - AEROPUERTO
Para aprovechar la experiencia un poco más, decidimos levantarnos un poco antes y darnos un paseo por la playa, entre cangrejos que entraban y salían de sus agujeros en la arena y pescadores cuya captura puesta a secar por doquier aportaba a la playa de Mararikulam un aroma a arenque... No muy romántico pero bueno, no se puede pedir más, teniendo en cuenta que éramos, junto a los pescadores y 3 perros, las únicas personas allí.

Desayuno entre palmeras y ducha... estábamos ya preparados para despedirnos del paraíso y de esta maravillosa tierra, a la que quizá volvamos en un tiempo, pues yo por lo menos, y gracias a Makemytrip (modo ironía en ON) me quedé con ganas de disfrutar de un día en houseboat aunque bueno, también en Andhra Pradesh tenemos el gran río Godavari y Konaseema. De todos modos, Kerala es a mi parecer una tierra que tiene mucho que ofrecer y mucho que ver, sobre todo si hay tiempo para viajar y descubrir, además de para visitar. Creo que si Dios hizo esta tierra para sí, no se equivocó.

martes, 29 de mayo de 2012

VISIÓN GLOBAL I

ANTES DE COMENZAR, MENCIONAR QUE ESTAS LÍNEAS SON SÓLO UNA OPINIÓN PERSONAL E INTRANSFERIBLE, SIN NINGÚN ÁNIMO DE OFENDER.

India no es como te la pintan ni como te la venden. Antes de venir, y según lo leído y lo visto en películas, creía que venía a un sitio muy espiritual, con gente muy amable y servicial, donde creía que se vivía con respeto hacia todo lo vivo, y por supuesto, que iba a venir a un sitio con mucha polución, hambre y pobreza... y lo único que es cierto es lo de la polución, hambre y pobreza.

OTRA COSA MUY IMPORTANTE QUE QUIERO DECIR ES QUE MIS LÍNEAS NO SON CORRECTAS NI ERRÓNEAS: CADA UNO VIVE ESTE PAÍS A SU MANERA... y dependiendo de la localización geográfica de cada cual, el tema es bastante distinto.

Estos puntos que a continuación relato no son todos los que deberían ser (tanto buenos como malos), pero son una pequeña muestra de mi análisis de la India que me toca vivir, en Hyderabad, Andhra Pradesh. E insisto, no las narro desde una actitud negativa ni mucho menos, sino con todo el criticismo que me puedo permitir y tras borrar y reescribir este post desde el mes pasado, pero como estaba ya "oliendo", me he decidido a soltarlo de una vez, y de ahí el "I" del título. Aquí va:

LO MALO:

RELIGIÓN Y ESPIRITUALIDAD. India, según la veo, no es un sitio espiritual ni mucho menos: es un lugar icónico. Les encantan los dibujos de sus dioses, las estatuillas y los templos, y hay que reconocer que hay muchos muy bonitos y que merecen la pena visitar. Pero luego, o quizá esa sea mi impresión, no lo viven de una manera honesta. Sí... hacen muchas ofrendas (poojas) y se oye música y cantos desde mi balcón, desde los que abrazan el Islam hasta los que practican lo que se suele conocer como "Hinduismo"... pero su alma está vacía, y piensan que siguiendo sus ritos todo va a ir bien, pase lo que pase. Evidentemente, no voy a decir que todos los cristianos sean unos santos, ya que todos conocemos muchas historias acerca de atrocidades que se han cometido en nombre de la Iglesia, pero por lo menos a los hindus, esa "religión" no les inculca valores para ser mejores personas ni para una mejor convivencia. En la mayoría de los casos sólo les vale para estar mejor consigo mismos y para que los demás les vean, porque aquí la vida gira mucho entorno a las apariencias, por lo menos como lo he visto y vivido. El hinduismo, tal y como es en la actualidad, no es una religión, sino un conjunto de maravillosas historias de dioses, semidioses y demonios que cada uno adora a su manera, con muy pocos actos religiosos "universales", y que además, dependiendo de cada región se adaptan las historias o/y textos de los antiguos textos sagrados y no tienden a mantener una coherencia. Y ojo, que a mí estas historietas me encantan e intento cada día aprender más y más, y como reconozco, cuanto más aprendo, más lío tengo y más me queda por aprender. 

SOCIEDAD. La gente no es servicial... es servil. No son amables de por sí, sino que en su mayoría además son rudos, y como eres extranjero, pues a la caza de lo que se pueda. Por un lado, en un restaurante te pueden atender 5 personas a la vez, y servirte lo que sea que haya en la mesa y que no te falte de nada... pero como digo, eso sólo pasa en un restaurante o parecido, porque en la calle, esto es la jungla. Y digo jungla en un sentido más que literal, ya que muchos se comportan como verdaderos animales. Atención que he dicho MUCHOS y no por generalizar, sino por concretar, porque aquí la mujer está anulada, pero de eso hablaré en otro punto un poco más abajo. Aquí lo de "pensamiento de comunidad", de grupo, de colectivo y de sociedad no existe... aquí, como dice mi padre, "cada perrico se lame su pijico", y da igual que hagas cola esperando donde sea que se te van a colar, o si por ejemplo hay un coche en la carretera y hay 10 metros para pasar, va a querer pasar justamente por donde estás o simplemente en la calle si a alguien le apetece pasar justo por donde tú estás, te aparta con el brazo y tan tranquilo/a. Y como estas tonterías, muchísimas más. Y tocan la moral.

CULTURA. En su gran mayoría, la gente es muy cateta, y evidentemente no conoce nada de mundo. Tienen a su alcance toda la información en la web para ser personas cultivadas, pero no les da la real gana... no intentes sacarles de su música, su cultura y su todo, porque aparte, no les interesa lo más mínimo. Siempre, en todo, son los "number 1", y realmente no son nada, pero se quieren vender muy bien y prima mucho el "overpromising", tendiendo a no cumplir nada. Además, ese catetismo al que me refiero es el que se hace notorio cuando de repente ves que te están sacando fotos con el móvil, como si fueras vestido de forma rara o llevaras un elefante verde y diminuto sobre tu cabeza... o cuando simplemente se te quedan mirando como si nunca hubieran visto algo parecido. Sé que es sólo curiosidad, pero es de esa que te provoca incomodidad... no es un interés inocente hacia lo nuevo o desconocido, y sé lo que me digo. Por el otro lado, hay una gran diferencia con los que han tenido un poco de educación (los que tienen dinero, para entendernos), que hablan mejor inglés pero por el hecho de tener mejor clase social (o casta), a veces se piensan que el mundo es suyo... y si lo quieren, por lo menos este, que por mí se lo queden.

IGUALDAD. Quizá lo que menos puedo soportar es el trato a la mujer en general y a las extranjeras en particular. Desde intentos de violación a acosar con la moto, hasta el tonto hecho de mandar un número de móvil en un papel arrugado a una chica montada en un rickshaw... no saben lo que es el respeto de género ni lo sabrán nunca, como siempre, salvo excepciones. Y es incluso peor cuando beben, porque no saben y porque beben como si lo fueran a prohibir. He visto cómo grupos de "locales" se acercan a las chicas con la intención de intimidar, y eso se debe a que, como ellos las ven extranjeras, se piensan que son fáciles y que hasta el más feo y desgraciado tiene todo el derecho del mundo a hacer lo que quiera con ellas, y evidentemente eso no es así y no es agradable, ya que hace que en vez de disfrutar la experiencia, tengas que estar ojo avizor, pendiente hasta el más mínimo detalle por si acaso. Sobre todo, puedo decir que aunque se suela decir que la India es un país peligroso, por un lado es este tipo de peligro al que me refiero, porque respecto a que te atraquen o te roben, quizá en otras ciudades puede ser, pero insisto en que la gente en Hyderabad es tan paleta como quizá podamos recordar las películas de Pajares y Esteso hace años, cuando una mujer pasaba por el lado y les decían "Cordera!", o en los 60 cuando el bikini se popularizó gracias a las extranjeras en las costas españolas... pasará mucho tiempo para que este país desarrolle una mentalidad total de respeto por el género, lamentablemente.

HAMBRE Y POBREZA. Lo dicho, que cuando llegué no me llegó a afectar tanto como quizá pueda con otras personas, pero el asunto es "o te acostumbras o lo pasas mal". Desde la enorme cantidad de basura por doquier hasta la grandísima proporción de la población que está mutilada o tiene deformaciones, hoy en día me resulta algo meramente anecdótico, ya que de tanto verlo, afortunadamente ya me hallo inmunizado. Y como me decía al venir aquí, ni voy a solucionar el 3er mundo... ni ganas, porque si ellos mismos no se molestan en cambiar su propio modo de vida, para qué me iba a molestar yo en esta imposible y absurda labor, si además nadie me lo ha pedido y no va a salir de mí? Con sinceridad reconozco que mi sueldo no es muy grande, pero por mucho que le pueda dar unas monedas a alguien que pide en un semáforo o una propina al chico que me sube el agua, su situación económica, social y moral no va a cambiar en lo más mínimo porque al día siguiente seguirán siendo las mismas personas, con los mismos retos, la misma motivación y la misma vida... como yo y como tú, que lees estas líneas.

LO BUENO:

GENTE. Con mucha suerte puedo decir que de tod@s l@s individu@s que he podido conocer, me quedo con una ínfima minoría, que afortunadamente merecen mucho más la pena que la inmensa mayoría. Los pocos "Desi boys" (locales) con los que sigo manteniendo relación son para mí, en un aspecto o en otro, casi como hermanos, salvando las diferencias: por sus palabras, su actitud y sus actos me han demostrado que, como yo ya sabía, la amistad es algo desinteresado y que no tiene precio, y que ni ellos ni yo hemos escatimado en nada para que siga siendo como un árbol que ha seguido creciendo, regado por el día a día y la mutua confianza, sin presiones y sin oscuras intenciones. Desde aquí, aunque no puedan leer estas líneas, les agradezco enormemente su generosidad.

Por el otro lado, desde que varios desengaños nos han hecho dejar mucha gente de aquí atrás, la comunidad española ha crecido firme y fuerte, y tenemos el inmenso placer de poder decir que hemos compartido muchos buenos ratos, nos hemos apoyado y estamos ahí para lo que nos pueda hacer falta. También desde estas líneas les mando toda la buena energía, la misma que ell@s nos han dado.

Por el otro lado, es agradable la vida de pueblo o de barrio que se puede llegar a vivir aquí: en Masab Tank, desde nuestra casa al principio de la calle, puedo ir saludando a Nayeem (nuestro hombre de confianza de la tienda de al lado de casa que nos provee desde el agua a patatas o incluso tónica), al hombre del puesto donde compramos la fruta, o a mis peluqueros... a todo el mundo con quien mantenemos una cordial relación por la transacción económica por enmedio. Es algo que siempre me ha encantado, y es importante estar en una comunidad donde respetas y por la misma regla de tres te respetan, aunque con los vecinos haya una muy buena relación y precisamente no sean a lo mejor la alegría de la huerta. Y esa mezcla hindu-musulmana, en este caso en concreto, es suficientemente buena como para sentirte bien y acogido, por lo menos en tu zona, en tu barrio.

EL PAÍS. Sin duda es un país fascinante, y si pudiera, me pegaba un año sabático viajando de punta a punta y disfrutando de las maravillas naturales de esta tierra, pero desgraciadamente no tengo ni el dinero ni el tiempo suficiente para hacerlo. Sobre todo el tiempo, y no porque tenga dinero, sino porque si te lo planteas y no tienes prisa, puedes viajar, ver y disfrutar gastando muy poco dinero. Y si viajas con una cámara de fotos, ya no te digo nada... desde las luces hasta los colores, India es el paraíso del ojo, y cualquiera que pueda tener un pequeño gusto para la composición y tenga suerte de estar en el lugar correcto en el momento adecuado puede sacar grandísimas fotos... y os lo dice uno que no saca la cámara desde hace unos 3 meses y que no es ni mucho menos, un fotógrafo brillante.

LOS SENTIDOS. Lo menciono en esta parte porque es un resultado de la "acción-reacción-repercusión" que te provoca este país y que para tod@s no es igual... El tener que ser más ágil, más listo o más fuerte por necesidad siempre lo he visto más que positivo, ya que en el fondo es un poco la "supervivencia del más fuerte" y por ende, el mejorar para ser mejor cada día, aunque sea un poquito más.

ESPERANZA. No quizá en el sentido más puro de la expresión, pero como bien he hablado con Ana, las cosas al final salen bien y se arreglan, como en una película (al menos, como en la mayoría de ellas que tienen un final feliz). Por un lado puede ser desesperante el que te digan para cualquier cosa "mañana, mañana", cuando nada más llegar te das cuenta de que en este país, para todo, no existe el "mañana" sino el hoy, el día a día... y si te dicen "mañana", debes entender "cuando me dé la real gana", pero sin ningún tipo de connotación negativa... es que las cosas son así y punto, te gusten o no. Pero como decía, si tienes la suerte de que alguien te diga "voy para allá", en cuestión de media hora o una hora puedes tener tu problema solucionado, y hablo por ejemplo de un electricista, un fontanero o la garrafa de agua que tanta falta te hace. También es verdad que hay que meter un pelín de presión para que te hagan algo de caso, porque como todos sabemos, "el que no llora no mama" (aunque todos los que maman no tienen porqué llorar), y hacer el problema sólo un poco más grande de lo que es puede provocar una pronta respuesta con efectiva solución... y como me gusta decir, "si tiene solución, entonces no es un problema".

VIVIR. Vale que hay mucha (con perdón) mierda por todos lados, pobreza y lo que quieras, pero eso está ahí como ya comenté en un punto negativo anterior, ni yo ni nadie lo va a poder cambiar... pero sí que hay cosas buenas acerca de vivir aquí. Por un lado, hay que decir que este país no es tan barato como quizá todos hemos pensado a priori, pero sí que es cierto que, si te lo montas bien, puedes vivir muy bien y con una calidad de vida bastante elevada para lo que es India. Y me refiero a hechos como que en el Spar de al lado de casa podemos comprar todo lo que queremos y necesitamos, desde menaje del hogar o ropa interior y revistas hasta carne, y me refiero a pollo, cordero, ternera (la compramos picada porque seguramente es búfalo y está algo dura en filetes), bacon o incluso pescado; desde fruta y verdura hasta galletas, zumos o yogures. O que también a tiro de piedra de casa tenemos el Balaji Grand Bazaar, una tienda donde podemos abastecernos de cualquier artículo que podamos necesitar, como champú, suavizante, detergente, atún, aceite de oliva, pan o cualquier cosa menos carne. Y por supuesto, en el barrio y sus tiendas a pie de calle, fruta, huevos o incluso pasteles en la bakery de la manzana de al lado... y todo lo anteriormente mencionado con una calidad más que aceptable y un precio bastante justo.

Tanto la ropa como el cine, así como la mayoría de las cosas no son excesivamente caras, si comparamos vivir aquí con vivir en Europa, y más con los tiempos que corren... también es verdad que la ciudad está evolucionando y mucho, y cada dos por tres hay más tiendas nuevas, con lo que supongo que ello influirá en la ley de la oferta y la demanda, y al final los precios tienden a bajar algo, si no, encontrar ofertas que puedan merecer la pena para por ejemplo, echarte un buen buffet en un buen restaurante por el equivalente a unos 4 euros y salir rodando... o por ejemplo, comprar ropa en algún outlet a precios bastante competitivos.

LUJOS. Y por supuesto, saber que te puedes dedicar un domingo a pasarlo en el Novotel con un gran buffet libre de comida exquisita con una sección de grill carne, pescado y marisco de 12 a 3, con barra libre, piscina con tumbonas, música en directo, juegos y actividades y pantallas gigantes de televisión para ver la F1 o el cricket o billar gratis para todo el día... todo por 30 €/día/persona es genial, sobre todo porque la ducha con grifo multimasaje del final es el perfecto colofón a un día estupendo, naneando, tumbado, bebiendo mojitos, dándote un baño, leyendo un libro y riéndote con tu gente, que es lo que realmente no tiene precio! No quiero hacer cuentas de cuánto costaría lo mismo en España, porque sinceramente no podría permitírmelo, y aquí afortunadamente sí.

VIVIENDA. Y el tema de la vivienda, por lo menos en Hyderabad, es algo que me alegra mucho, ya que vivo en un ático en el centro moderno de la ciudad, con una terraza enorme en L, 2 habitaciones, 2 baños, un salón grande y una cocina pequeña, pero pago menos de 160 €/mes, y no quiero ni pensar por cuánto saldría el alquiler de una casa con las mismas características en Murcia... o en Madrid. 

FIESTA. Al conocer gente y ser Hyderabad a todos los efectos un pueblo enorme, la gente te reconoce y poco a poco pasas a formar parte de la vida social y a prácticamente cualquier local donde vayamos conozco al manager o a alguien del staff que solucionan cualquier cosa con grata eficiencia, y no es solo una ocasión donde hemos ido a grandes fiestones donde todo corría por parte de la casa, codeándonos con la Jet-Set local... y la verdad es que gusta, y mucho. Estos sitios y fiestas son donde realmente encuentras a esta gente que no te mira con cara de ver un perro azul con 7 piernas y de arriba a abajo, y con los/as que quizá puedas mantener una conversación medio interesante. Por el otro lado, tampoco es que sea un sitio donde salir de fiesta por la noche sea especialmente tentador, ya que en casi todos los clubs la música es la misma música comercial donde escuchas las conocidísimas canciones de Bollywood/Tollywood o Enrique Iglesias mezclado con Justin Biever (y prefieres irte antes de clavarle un hacha al Dj en la cabeza)... pero de vez en cuando hay que salir y hay que reconocer que por la noche todo es distinto y la gente se arregla todo lo que puede para ir a garitos bastante glamurosos pero que al fin y al cabo por una cosa o por otra, no terminan de engancharte para volver a menudo. Además, la mayoría de sitios cierran a la 1, excepto pocos que alargan la noche hasta quizá las 3, y como nosotros seguimos saliendo con horario español (a las 9 o las 10), pues como que la noche te cunde bastante poco.

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Al parecer, y según me he dado cuenta, puede que haya más cosas buenas que malas... pero eso sí... también depende de cómo lo veas ese día, según te hayas levantado. Por suerte puedo decir que ya son menos los días en los que al despertar me pregunto "qué coño hago yo aquí" y directamente me preparo a hacer mi café mientras la gaTuna ronronea a mi lado y me pide que le ponga el desayuno tras hacerme la croqueta en el suelo del salón. Últimamente duermo genial y me hallo más en paz conmigo mismo, me siento más tranquilo y relajado, y aunque trabaje 9 horas al día, más 2 sábados al mes y de vez en cuando algún domingo, tengo tiempo para diseñar para mí por gusto, leer mis libros favoritos, ver películas... desde hace mucho tiempo, me alegra reconocer que soy el único propietario de mi vida, ya la estoy viviendo de la manera más sencilla y honrada que sé, puedo o quiero... y me gusta.

miércoles, 11 de abril de 2012

El Bando


Un año... se dice pronto. Cualquiera que no sea Murciano quizá no pueda entender o comprender la magnitud que estas fechas pueden llegar a tener para una persona nacida allí. Acaba de pasar mi tercer Bando de la Huerta sin vivirlo allí, con sus cosas, sus aventurillas, sus huertanos y huertanas por las calles desde primera hora del día mientras aguanta el cuerpo, como siempre. Y otro año más, lo he vivido solo. 

Pero qué demonios... recuerdo con gran cariño todos los años que he tenido la oportunidad de vivir esa gran fiesta que es el Bando y que ha hecho que muchos Murcianos (repito la "M" mayúscula, y es por el honor de la murcianía) hemos estado esperando prácticamente desde el día después de la resaca del mismo.

Para mí ha sido una gran satisfacción haber tenido el privilegio de poder habido coincidir cada año con los que eran, han sido (y son, por supuesto), los que considero mis hermanos... porque hermana ya tengo una, y tiene arte, salero y pelo colorao.

Sólo espero que, aunque algunos estemos en tierras remotas, nos haya movido en el fondo el mismo sentimiento de la murcianía que nos hierve por las venas: esas cañicas a primera hora, luego algo de almuerzo para acompañar, luego otras cañas, y a comer a la barraca de mi Tata, y luego... quién sabe... el día da para todo... absolutamente todo.

Han sido muchos muchos años juntos, y por lo menos un servidor no se puede acostumbrar a pasar este día tan especial fuera de casa, sin evitar pensar en qué estarán haciendo "éstos" a la hora de la comida o con quién andarán mis padres ese día... son tradiciones.

Para los foráneos de Murcia, debería explicarme quizá un poco más: el Bando es la fiesta que se celebra en la primavera de Murcia donde todo el mundo rinde homenaje a la gente que habitaba estas tierras hace unos 100 años, aproximadamente. Vestimos como antaño, cuando realmente existía una huerta en toda su extensión y esplendor, quizá como hoy ya lucen pocas fanegas de tierra en los alrededores de la urbe. Gente que vivía de lo que ellos mismos se "agenciaban", desde la verdura y la fruta de la tierra como de los animales que por aquél entonces cada familia criaba... las antiguas tradiciones que sabían cómo explotar la huerta de manera más natural de la que se suele estilar hoy en día, pues como todos bien sabemos, todo ha cambiado... y ha evolucionado. De ahí ese sabor y ese espíritu de poder recuperar esa esencia de antaño, aunque para los jóvenes siempre haya significado el tener una fiesta más y salir a darlo todo con tu gente de siempre, y querer ver a todo el mundo ese día, donde sea y cuando sea.

Los chicos, con camisa blanca, chaleco, faja, zaragüeles (que son unos pantalones de algodón, cortos y muy anchos), medias como de ganchillo y esparteñas; las chicas, con una blusa blanca corta, mantón bordado, refajo (una falda grande y habitualmente bordada), medias y esparteñas. A partir de ahí, de lo básico, ya hay variaciones. yo, por ejemplo, con lo que no he podido nunca es con las esparteñas, porque tras todo el día pisando las calles con más o menos fluidos, el esparto cala y te ves con los pies mojados de "nadie-sabe-qué", pero que casi todos intuímos sin errar mucho la posible mezcla. Para ese día, para mí (y lo siento por los puristas) lo mejor son unas zapatillas de deporte, por lo que pueda pasar. Luego está la costumbre por parte de las chicas y desde hace mucho tiempo, de vestir como un chico... sobre todo por comodidad. Y luego ya hay un sector más alejado de la vestimenta que lleva vaqueros y chaleco o sólo una faja, simplemente llevando algo simbólico para celebrar el día... para gustos, colores.

Me encanta Murcia, y he conocido a mucha gente de fuera que me dice que Murcia no tiene nada. Yo me quedo preguntándome y realmente no hay muchos sitios que quizá se merezcan una calificación de "Patrimonio de la Humanidad", pero en conjunto es increíble la cantidad de fiestas y recursos que nuestra Región tiene y que quizá, con otra forma de comunicación, con otras formas... nuestra Región pudiera llegar a ser algo realmente grande, como creo que se merece. No somos una de las maravillas del mundo, pero se vive genial, tenemos un clima increíble, una gastronomía de aúpa y el mar a media hora. De verdad hace falta algo más?

A pocos Murcianos que conozco no les gusta el sano hábito de salir a tomar las cañas al mediodía, o dar un paseo por el Tontódromo, o como aquí menciono, el Bando de la Huerta. Es una ciudad preciosa y se puede caminar tranquilamente, y es bastante seguro que si vives Murcia, por el camino te encontrarás a alguien a quien saludar. Afortunadamente, cerca de la Catedral (preciosa), mi amigo Mario está muy feliz con el "Fontes, Bar y Tapas" y le está dando otro look a la Murcia que conocemos con sus tapas buenas y baratas (Mario, me debes más de una ronda, jjj), y desde mi corazón, que siga así de guapa por mucho tiempo!!!

Besos y abrazos desde muy lejos, como siempre...

miércoles, 4 de abril de 2012

Naked in front of the computer

No... no es que esté ahora mismo "en bolas" delante del ordenador, no... es que hace muchísimo tiempo que no escribo, y estaba escuchando Faith No More y, como no tenía título, pues el de la canción que sonaba cuando he acabado el post (y he tenido que reescribir este párrafo de intro).

Ha pasado mucho tiempo desde mi último post (tampoco excesivamente brillante, hay que decirlo), y principalmente achaco el no escribir al tiempo de antes de ir a España de "vacaciones", y el durante, porque si sumamos el tiempo que he visto tele y el que me he conectado a internet, pues la verdad que entre ambos no suman más minutos que aquella canción de: "con los dedos de la mano, con los dedos de los pies..."

Pero desde que he vuelto no he podido todavía concentrarme ni un sólo minuto... casi que me ha costado más que la primera vez que llegué. Aunque en España no haya parado, como siempre, mi mente ha desconectado taaanto que cuando llegué y volví al trabajo, no me acordaba prácticamente de nada, y me ha costado muchísimo reenganchar el ritmo de trabajo... menos mal que lo he cogido.

De momento imparto dos asignaturas (Teoría del color y Diseño por ordenador) a Diseño de moda y una (Diseño para interioristas, o algo así) a Diseño de interiores, y no está mal, y voy a estar presente en las de animación también. Hasta ahí, bien... lo que no sé es si voy a tener más alumnos nuevos en dos semanas, con lo que creo que me debo empezar muy seriamente a plantear el asunto de dividirme físicamente, porque no sé yo muy bien cómo voy a organizar los horarios, teniendo en cuenta que también tengo que estar alerta de los profesores externos, que imparten 3D, animación y storyboarding a mis zagales... en fin, el trabajo es trabajo...

Quiero volver a pillar el genial hábito de escribir, y como es bastante habitual, cuando viene la idea buena, no es el momento ni el lugar, y se va, desesperada de esperar... y lo entiendo. También es verdad que han pasado muchas cosas en poco tiempo. Muchas. Y tal y como es la vida es de ley, así que aquí estaremos para hacerle frente a lo que venga, con un par.

He vuelto a mi casa, mi hogar, en Hyderabad, India... y no es porque esté aquí ni mucho menos, pero de entre todos los sitios en que he vivido, éste sin duda tiene algo más que los demás, porque ha nacido de casi cero; de más de 30 casas vistas en casi dos semanas que no eran ni mucho menos habitables, y entendedme... he dormido en muuuchos sitios por lo menos "curiosos", y cualquiera de éstas no reunía ni en un 40% el mínimo mínimo mínimo esperado, haceos a la idea de lo que hablo. Eso sí... nadie sabe qué puede deparar la vida mañana, así que vamos a intentar vivirla lo mejor que podamos hoy.

Como comenta de broma mi padre: "amenazo con volver"... Un abrazo

Pd.- El tema "Naked in front of the computer" de Faith No More lo podéis escuchar aquí: http://www.youtube.com/watch?v=UYbFsZmQG3E . No es apto para oídos sensibles, así que lo advierto... Me acuerdo que muchas veces, cogiendo el tren en Murcia para Madrid, me solía poner este "Album of the Year", y con esta canción en el walkman, solía llegar el tren al andén. Recuerdos...

viernes, 17 de febrero de 2012

Algo se muere en el alma...

...cuando un amigo se va. Y se va en el sentido literal.

En todo el tiempo vivido en Hyderabad, he experimentado la sensación, a veces, de que sólo los buenos se van... para buscar una nueva oportunidad en su vida, por saturación de India o simplemente por adversidades del destino, muchas veces tan imprevistas como "de un día para otro".

Tras conocer mucha gente a lo largo del camino en este país, tengo muy clara una cosa: realmente aquí no hay nadie cuerdo. Y si lo está, lo disimula muy bien. A veces por malentendidos culturales o/y sociales, quizá otras por las relaciones personales y la forma de abordarlas o sentirlas, y luego también por el presionante factor ambiental, que entiendo que influye muchísimo.

No es tan fácil ni tan difícil hacer amigos aquí, aunque simplemente es raro, ya que las dos culturas tenemos conceptos distintos acerca de la materia: aquí un primer contacto sin conexión, chispa, duende, química, simpatía, etc. vale... en nuestra tierra no es tan sencillo que se te acerque un extraño pretendiendo ser casi tu mejor amigo, porque creemos en la continuidad de las relaciones personales. Aquí conoces a alguien, hablas dos minutos y al día siguiente tienes una invitación de amistad en Facebook, 2 llamadas perdidas y 3 mensajes en el móvil deseándote felices sueños, feliz desayuno, comida, cena, bautizos y comuniones...

Desconozco por qué, pero es cierto que mucha gente oculta cosas o lleva una doble vida, y solo te muestran el lado bueno y genial de todo, o directamente pretenden que tú seas el que cuente toda su vida; hay personas que directamente llevan una dualidad afectiva y tienden a tendencias bipolares; luego podemos encontrar situaciones de dramas típicos de tv-movie que lamentablemente no son agradables para los protagonistas, que incluso en determinadas ocasiones sí que pueden desear como fin último el incremento de su audiencia... hay de todo.

En unos casos, piensas en las personas que dejan la ciudad y te cuestionas por qué el maldito azar consigue alejar de Hyderabad a toda esa gente con quien has congeniado en un momento de la experiencia... se te va un poquito de tí... un poquito de tu "yo social" y te preguntas: y ahora qué hago yo sin ti?

Tras todo el amasijo emocional que aquí se cuece, da gusto que, aunque haya gente que emigre por diversas razones y los vayas a echar de menos, todavía queda mucha gente interesante por conocer y con quien interactuar y... por qué no? Pueden surgir nuevas e interesantes amistades por el camino!

Tengo el placer de decir que cada vez somos más españoles aquí y la colonia creo que seguirá creciendo poco a poco... auguro muchos y buenos momentos, para poder cantar y bailar juntos eso de: Algo se muere en el alma...



viernes, 3 de febrero de 2012

Bombay otro poquito más...

La verdad es que sí, que pienso que el anterior post me ha quedado un poco soso y quizá algo falto de alma... y como no podía más, me he decidido a plasmarlo. Quizá por haber llevado una semana con muchas cosas por delante, las ganas de terminar una tarea más me ha impedido disfrutar el estar haciéndola, que en el fondo es lo que me motiva de vivir: el zen y su manera de llegar al satori (iluminación) mediante la concentración en cada paso del proceso, sin importar realmente el fin último. O algo así, pero seguro que sabéis por dónde voy.

Bombay es una ciudad que de principio me gustó por la sensación de espacio abierto... nada más salir de la CST, la amplitud de la plaza y la belleza de los edificios cercanos me evocaron calles de Madrid, Londres, Barcelona o Valencia, a ratos por el legado británico en la arquitectura, a veces por la ordenación de los barrios residenciales, en otras ocasiones por los detalles góticos de algunos edificios e iglesias o quizá por esa sensación tan agradable al estar cerca del mar... no lo sé, pero tuve una sensación muy positiva. A decir verdad, el mero hecho de salir de Hyderabad (sin faltar) ya me gusta de por sí, y más cuando es a un sitio tan interesante como Bombay.

El tráfico es bastante ordenado, en todos los sentidos... cada uno va por su carril, y es muy difícil que cambien al tun-tun o que se adelanten. Como es normal, pitan, pero no igual que en otros lados. Parece una tontería y puede que lo sea, pero sinceramente me da una idea bastante cercana a lo ordenada o no que se muestra una ciudad, y en este aspecto, Mumbai me ha sorprendido. Además, en el sur no hay autos... hay coches estilo "seat 127" en los que te mueves con el "meter" por fuera del auto, pero eso sí, al terminar la carrera hay que acordarse de pedirle al señor conductor la "tabla de conversión", porque si no, te la puede meter doblada a su discrección. Los taxis nuevos, los chiquititos (como un Hyundai Santro), que llevan el meter por dentro y actualizado (y me refiero al meter, no al meter... nótese por favor la negrita y la cursiva en el anglicismo). Eso sí... a distancias más grandes, precio más alto. Y la diferencia se nota, tanto en el dinero como en el tiempo que se pasa en algún tipo de transporte, de punto a punto de la ciudad.

Otra cosa más es, por supuesto, el tema aceras... las hay por todos lados! Y parece que desde Europa puede sonar como algo natural, pero como ya he comentado en algún que otro post, aquí en India es algo bastante insólito, sobre todo aquí en Hyderabad, ya que carecemos de ellas por estos lares. En Bombay no tienes que estar contorneándote entre los vehículos para seguir caminando por donde los peatones deberíamos, ni realmente preocuparte por si algún vehículo se sale más de la cuenta de su camino y te arrolle. En este país, es algo muy a tener en cuenta, por lo menos para mí.

Teniendo en cuenta la altísima proporción que vive en chabolas, no se puede decir que haya más gente pidiendo en la calle que en Hyderabad. Que seguro que la habrá, más que nada, porque hay más gente... pero realmente no da esa impresión. Pero es que en este país es algo tan aceptado que realmente llega un momento en que, como te has acostumbrado a ver tantas cosas, ya ni le prestas tanta atención como al principio y aprendes a que te resbale un poco todo, por el bienestar mental.

En cuanto a la vida social, parece que Bombay tiene otro color. Se nota ya de por sí más activa, despierta los sentidos... se respira otro ambiente, y en el fondo un extranjero no llama tanto la atención aquí, ya que la comunidad internacional está bastante establecida, aunque en ciertos ámbitos siempre seguiremos siendo guiris, por mucho que nos adaptemos o por muy bien que podamos hablar hindi. Pero el caso es que en Mumbai se palpa un ambiente algo más maduro que en Hyderabad, tanto en la gente como en los locales, pasando por la gran oferta de ocio que de por sí ofrece, que le imprime un aire de capital, de ciudad grande.

Vale que el mar en Bombay tenga un color marronáceo, pero es mar con todo lo que implica. Trae aire fresco (a veces mezclado con gasóleo) e incrementa la humedad en la ciudad, y lo realmente bonito es que, al ser Bombay una minipenínsula, tienes el mar en muchos y distintos barrios, en zonas completamente alejadas las unas de las otras, con lo que es más difícil cansarse.

En Bombay son más de Shiva que de otro dios, y eso es algo que me agrada mucho, y no es por nada, pero es que siento más afinidad que con Visnhu o que con Brahma. Se puede ver por aquí, en edificios o en carteles de las tiendas, mucho Shivaji pero no hay que confundirlo con el dios destructor que habita en el monte Kailash... Shivaji fue un aristócrata, fundador del imperio Maratha, que contribuyó a la expulsión del imperio mongol de lo que hoy es la provincia de Maharastra, apoyando la lucha contra los invasores de lo que hoy conocemos como India. Así, es el que da nombre a la estación de trenes CST (Chatrapatti Shivaji Terminus) y al aeropuerto (con el mismo nombre). Curiosidades.

Ahora que creo que ya he dado un poquito mi punto de vista personal me quedo más tranquilo y satisfecho... para más detalles, mejor con una caña en la mano.

miércoles, 1 de febrero de 2012

Votadmeeeeee!!!

 Vote the best IX12 blog

Si hacéis click en este botón, me estaréis haciendo muy muy feliz... me han nominado a un premio de "Mejor blog de viaje 2011", y aunque no crea que sea para tanto y no sé si hay premio, me hace mucha ilusión... pasadlo y votad sin miedo... como sabéis, mi blog es "Un murciano en Hyderabad"... Muchas gracias de antemano!!!

Trabajos "diferentes"

Aquí sí que saben cómo crear trabajo… Como diría mi madre (o tu madre), hay que darle trabajo a la gente. Os dejamos aquí una lista con algunos empleos digámoslo así… curiosos, que nos encontramos diariamente en Hyderabad en particular, y en India en general:

Chico del ascensor.

  1. Pulsa el botón del piso a donde te diriges, ni más, ni menos.
  2. Puede llevar el móvil a todo trapo con o sin auriculares y, en algunos casos aislados, cantan y muy mal.
  3. Como en todos los sitios, también aquí hay clases: con o sin taburete y con o sin uniforme (tipo Prosegur, pero venidos a menos).
  4. El de mi trabajo, con el ojo izquierdo mira la pantalla y con el otro nos saluda los buenos días. Está en todo, el zagal.
  5. Tienen una habilidad especial para controlar el botón de abrir y cerrar puertas. Un día podrían llegar a provocar un lapso espacio-temporal con consecuencias inenarrables.
  6. Lamentablemente, cuando hay algún tipo de avería, tienen que llamar también a los de Otis (no a Zardoya).

Abrepuertas

  1. En el 100% de los casos, abren la puerta; en el 75% de las ocasiones, sonríen; en el 50% de los momentos, se quitan hasta la gorra si la tienen (no para pedir); y en el 100% de las veces, cierran también la puerta.
  2. Van siempre uniformados (pero al estilo del payaso que no usaba Micolor, “descoloríos”), y casi siempre tienen bigote (como todo el mundo). Algunos incluso tienen un gran bigote.
  3. Su hábitat natural son los bancos y cajeros, comunidades de vecinos, tiendas de artículos caros y centros comerciales.

Asistente del asistente

  1. Ehhmm… trabaja en… sus tareas son… bueno, él está ahí.
  2. Lo que no quiere hacer nadie, lo peor que surja o cualquier adversidad… le toca y punto.
  3. Normalmente, el saber que tienes un asistente para tu asistente te hace más feliz: como jefe, tu labor es pensar en las tareas más absurdas que se te ocurran y asignarlas sin pestañear. Frases muy célebres son: “Tráeme agua”, “cuenta las páginas” o “saca las bolsas”.

Limpiaorejas

  1. Suelen aparecer sigilosamente por tu espalda, como auténticos profesionales del sigilo, y de repente te dicen que tienes algo en la oreja, y tú respondes: pues sí, tengo una oreja.
  2. De repente saca un instrumento maléfico con forma de aguja de ganchillo (era una aguja de ganchillo) y empieza a jugar con algo parecido a serumen en su mano y te señala diciendo que a ti. Pues eso… a ti, si te apetece… porque a mí, ni un poquito. Evitad a toda costa este especímen.

“Guardia de seguridad”

  1. Era por llamarlo de alguna manera, y por varios motivos. Os imagináis al Chavo del Ocho con uniforme de seguridad? Pues más o menos, y más más que menos.
  2. Van armados con un detector de metales (a veces) y con unos guantes como los de coger la fruta del Mercadona con los que te soban sin gracia ni morbo ni ná.
  3. De la misma casta (como Laetitia) que el chico del ascensor, los abrepuertas y la mujer que te mira el bolso y la mujer que te cachea.
    1. La mujer que te mira el bolso suele actuar de una de las siguientes dos maneras: una es meter la mano en el bolso y hacer como si estuviera trabajando la carne picada; la otra mira con cierta vergüenza el interior y se dice para sí: aquí no meto yo la mano, anda, pasa, guapa… Una vez, una de ellas me quiso quitar dos mecheros.
    2. La mujer que te cachea trabaja en una especie de probador de ropa, a la entrada de los centros comerciales y de ocio. Te tocan. Todo. Y los bolsillos también. Por fuera, claro.

Peluquero o barbero callejero

  1. Maestros del corte y confección del cabello.
  2. Se ubican en selectos y concurridos tramos de calles donde hay aceras, a poder ser anchas.
  3. Doy fe (porque es gratis) de que sus herramientas están totalmente fuera de riesgo, y trabajan en condiciones de higiene máxima, a pesar del tráfico, la basura y esas cosas sin importancia. O no.
  4. Colocan con gran arte su espejo en el muro o sobre un cable cualquiera
  5. Su parlour consta también de un taburete para el cliente, que en la mayoría de los casos, se sienta de espalda a la carretera.

Mecánico callejero

  1. Dícese de cualquier persona que te encuentras en medio de la rue con un manojo de herramientas a su lado, y que está más o menos listo para usarlas.
  2. No sé si realmente arreglan algo o no... se supone que su fuerte son los autos.

Reparajoyas callejero

  1. Pese a las apariencias, no fuma crack, aunque tenga los ojos inyectados en sangre y se le suela ver con una especie de “pipa” en la boca, que usa para darle vidilla al fuego.
  2. Como modificación al punto 1, utiliza el principio elemental de avivar el fuego con aire, que sale de su boca, con o sin mezclar con otras sustancias.
  3. Entre sus instrumental, cuenta con un simple aparato de electrólisis, que consiste en un par de cubetillas de agua y varias pilas. Si es de nivel, usa una batería pequeña. Los usos que tiene los conozco… los que le da él, los desconozco.

Barrenderas

  1. Al parecer es un trabajo destinado exclusivamente a mujeres… no se sabe porqué… puede ser que, si tenemos en cuenta que los hombres no solemos hacer nada bien, debería ser un halago laboral, pero yo no termino de verlo claro…
  2. Parece que acaban de tener una avería con el coche, pues lucen un chaleco reflectante naranja que te deja ciego literalmente si miras más de 5 segundos seguidos.
En fin... por lo menos hay trabajo, aunque sea a 10000 kms.